Tanto la Terapia como la Meditación son espacios terapéuticos.
La Terapia tiene la intención de llevarnos desde: “Soy/tengo un problema que no sé (no consigo) solucionar” a “sé porqué y para qué me estoy sintiendo así, sé cómo cambiarlo, porqué y para qué, y paso a la acción”. Es decir, la terapia nos ofrece entendimiento y comprensión sobre nuestro mundo emocional.
La Meditación es un espacio de intimidad contigo mismo para sentir las emociones (sin juzgarlas). En él pasamos orgánicamente de “siento rabia por haber terminado una etapa > siento miedo por empezar una nueva etapa > siento alegría por comenzar una nueva etapa”.
Por eso la Terapia y la Meditación son complementarios. La terapia es una atención temporal, y la meditación un mantenimiento. Cuando somos practicantes avanzados, podemos utilizar esta practica para sanar y evolucionar.